Cambios necesarios
Guíame, pues eres mi roca y mi fortaleza, dirígeme por amor a tu nombre.
—Salmo 31:3 (NVI)
En esta época de Navidad se presentan dos fenómenos muy comunes: La primera, una culpabilidad por no haber hecho lo que nos propusimos; y la segunda, se nos fue un año más y no logramos lo que prometimos. Ahora, deseamos que llegue otra vez el 31 de Diciembre y hacer nuevas promesas de cambio.
Dios quiere que seamos firmes y que no lleguemos a exponernos. La Biblia dice que no «hay nada escondido que no esté destinado a descubrirse» (Marcos 4:22). Además, entre cielo y tierra no hay nada oculto, pues tarde o temprano Dios sacará a la luz cualquier actitud o cualquier falta que cometamos.
Esto lo viví en carne propia. A decir verdad, no quiero enumerar tus faltas ni mucho menos, pero sí te quiero decir cuáles fueron esas esferas que Dios tuvo que moldear o transformar en mí.
Mi anhelo es que no llegues a tocar fondo como yo, sino que reconozcas tus debilidades y puedas rendirlas a Cristo.
Por lo tanto, debes ser radical a fin de que, si ves tu vida reflejada en la mía, comprendas que Dios nos cambia y nos da nuevas oportunidades.
Un Día a la Vez Copyright © by Claudia Pinzón
En esta época de Navidad se presentan dos fenómenos muy comunes: La primera, una culpabilidad por no haber hecho lo que nos propusimos; y la segunda ...
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