La edad con dignidad
Enséñanos a contar bien nuestros días, para que nuestro corazón adquiera sabiduría.
~ Salmo 90:12 (NVI)
El devocional de hoy lo motivó el de ayer. Podríamos decir que es otro caso muy común que se presenta en ciertas personas y, sobre todo, en determinadas edades de la vida.
Cuando vemos que ya no somos jovencitos, que la belleza se va deteriorando debido a que la gravedad hace su efecto y «todo se cae», vienen las preocupaciones de los hombres y las mujeres por sentirse jóvenes. De ahí que cambie su comportamiento y, algunas veces, se presenten los divorcios.
En el caso del hombre, el deseo está en demostrar que aún puede conquistar. En el de las mujeres, su anhelo está en provocar admiración. Este comportamiento va de la mano con la manera de vestirse y de actuar que se manifiesta de una forma bien llamativa. El resultado es que vemos mujeres de edades bien avanzadas con minifaldas y escotes, mientras que los hombres se visten como jovencitos y su comportamiento deja mucho que desear.
Vivamos cada etapa de nuestra madurez con dignidad. Disfrutemos el hecho de ser personas con experiencia y que esas canas, más que ser cabellos blancos, infunden respeto.
Pidámosle a Dios que nos ayude a aceptarnos tal y como somos a medida que vamos envejeciendo. Y que podamos dejar un hermoso legado a nuestros hijos y a nuestros nietos.
Un Día a la Vez Copyright © by Claudia Pinzón
El devocional de hoy lo motivó el de ayer. Podríamos decir que es otro caso muy común que se presenta en ciertas personas y, sobre todo, en determinadas edades de la vida.
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