Recuerda quién te lleva de la mano
Aunque mi padre y mi madre me abandonen, el Señor me recibirá en sus brazos.
~ Salmo 27:10 (NVI)
Nadie nace con un manual ni con una cartilla que nos enseñe cómo ser mejores padres. Se trata de un compromiso que nos llega sin muchas veces haberlo buscado. El día menos esperado las cosas cambian y nos enfrentamos a esa realidad: «Voy a ser padre» o «Voy a ser madre». Incluso, en ocasiones puedes quedar en estado de choque un par de días. Entonces, después de hacer las pruebas, las cuentas y demás análisis, te cae el veinte y llegas a tu verdad, vas a ser padre.
¿Y qué me dices de los que tienen sus hijos sin contar con el respaldo de la pareja y les toca seguir adelante solos con esta enorme responsabilidad? Pues para todos va esta reflexión.
Tuve la oportunidad de vivir esta última situación con un embarazo no planeado. Sumado a eso, una pareja que prefirió abandonarme antes que asumir su papel de padre. No les niego que viví momentos de angustia, de soledad y de tristeza por no haberme guardado. Viví momentos de dolor por haberle fallado a mi Dios, a mis princesas y a mi familia.
Sin embargo, llegó el momento en que me tocó guardar mi dolor, levantar mi cabeza, pedir perdón a quienes afecté con esta situación y vivir ese último embarazo como si fuera el primero. Hoy en día mi princesa Anacristina tiene cinco años y es mi vida. Ha llenado de felicidad mi vida y la de mi familia.
Dios perdona nuestras faltas y nos da nueva oportunidades.
Un Día a la Vez Copyright © by Claudia Pinzón
Nadie nace con un manual ni con una cartilla que nos enseñe cómo ser mejores padres. Se trata de un compromiso que nos llega sin muchas veces haberlo buscado.
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