No hagamos conjeturas
Siempre deben estar dispuestos a hacer lo bueno: a no hablar mal de nadie, sino a buscar la paz y ser respetuosos, demostrando plena humildad en su trato con todo el mundo.
~ Tito 3:1-2 (NVI)
Hace tan solo unos meses recibí un correo electrónico en el que una de mis oyentes me pedía una información que di en el programa. Recibí este correo y saqué el tiempo para buscar lo que necesitaba y de paso agradecerle por ser fiel oyente de la radio. Cuando recibió mi mensaje, no podía creer que le hubiera contestado.
En su siguiente correo me dijo: «Estoy asombrada de que me respondiera una persona tan ocupada como tú. Ya había dicho: “Olvídalo, Claudia nunca leerá tu correo”».
Me pidió perdón y me dijo que cuando pudiera hacer una enseñanza de esto, no dudara en hacerlo. Necesitamos aprender a no hacer conjeturas.
Es una historia corta y sencilla a la vez, pero nos deja varias cosas para aprender: No nos debemos rendir antes de tiempo, no nos declaremos derrotados cuando aún no hemos peleado la batalla. Por lo general, las conjeturas nos van a meter en conflictos con nuestra pareja o con nuestros seres queridos.
Las conjeturas nos llevan a dudar de lo que esperamos obtener a cambio. Y si lo miramos desde una perspectiva espiritual, no es un principio de sabiduría. Cuando nos formamos un juicio de algo, de inmediato tenemos que atenernos a las consecuencias por los hechos, como le sucedió a la oyente que me escribió.
Sin embargo, lo que siempre debemos dar por sentado es que Dios nos ama de manera incondicional y que Él nunca falla.
Un Día a la Vez Copyright © by Claudia Pinzón
Necesitamos aprender a no hacer conjeturas.
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