Leer: Filipenses 4:4-9
La Biblia en un año: Salmos 31–32; Hechos 23:16-35
Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios… (v. 6).
«Tengo mucho miedo». Esta fue la nota conmovedora que una
adolescente publicó en Facebook después de comunicarles a sus amigos que
se realizaría unos exámenes médicos. La hospitalizarían y le harían una
serie de estudios en una ciudad a tres horas de distancia de su casa,
y, ansiosa, esperaba que los doctores descubrieran la causa de algunos
problemas serios que tenía.
¿Quién, en la juventud o después, no ha sentido temores similares
frente a sucesos indeseables y temibles? ¿Dónde podemos buscar ayuda?
¿Qué consuelo podemos encontrar en la Escritura que nos anime en esta
clase de situaciones?
La realidad de que Dios nos acompaña en las pruebas puede ayudarnos a
esperar. Isaías 41:13 declara: «Porque yo el Señor soy tu Dios, quien
te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo».
Además, Dios ofrece una paz indescriptible y que protege nuestro
corazón cuando le presentamos nuestras dificultades en oración
(Filipenses 4:6-7).
A través de la presencia incondicional de Dios y de su paz «que
sobrepasa todo entendimiento» (v. 7), podemos encontrar la esperanza y
la ayuda que necesitamos para sobrellevar situaciones que nos producen
temor.
Padre, gracias porque puedo apoyarme en tus brazos y encontrar ayuda cuando tengo miedo.
Dios está con nosotros en todas nuestras luchas.
No comments:
Post a Comment