Leer: Juan 1:6-14
La Biblia en un año: 2 Reyes 7–9; Juan 1:1-28
[Juan] vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él
(v. 7).
En un proceso judicial, los testigos son participantes activos que
ayudan a determinar el resultado de un caso. Lo mismo es verdad sobre
nuestro testimonio para Cristo. Debemos participar de forma activa en
una cuestión importantísima: la verdad sobre la muerte y la resurrección
de Jesús.
Cuando Juan el Bautista vino a hablar de Jesús, la Luz del mundo, lo
hizo al declarar lo que sabía de Él. Y Juan, el discípulo que registró
estos sucesos, testificó: «Y vimos su gloria, gloria como del unigénito
del Padre, lleno de gracia y de verdad» (Juan 1:14 LBLA). El apóstol
Pablo ampliaría esta idea, cuando le dijo al joven Timoteo: «Lo que has
oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean
idóneos para enseñar también a otros» (2 Timoteo 2:2).
Todos los cristianos han sido convocados ante el tribunal del mundo.
La Biblia enseña que no somos meros espectadores, sino participantes
activos. Testificamos sobre la verdad de la muerte y la resurrección de
Jesús. Juan el Bautista fue la voz que clamaba en el desierto. Nuestras
voces pueden escucharse en el trabajo, el vecindario, la iglesia y entre
nuestros familiares y amigos. Podemos ser testigos activos y hablar
sobre la realidad de Jesús en nuestra vida.
¿De qué maneras creativas podríamos testificar hoy?
El evangelio es demasiado bueno como para no compartirlo.
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