Tú eres mi socorro y mi libertador; ¡no te tardes, Dios mío!
Salmo 40:17, NVI
Señor, hoy vengo delante de ti porque sé que muchas personas están conmovidas.
Reconocen que se encuentran en vicios. Reconocen que han tratado de avanzar por sus propias fuerzas y no han podido. También hay muchas mujeres que me han pedido oración por sus hogares a punto de destrucción. Dios mío, son mujeres que quisieran dejar sus casas porque ya no resisten más abusos. Incluso, han pensado regresar a sus países con tal de no seguir sufriendo, y ver a sus hijos tristes y sin esperanza.
Te pedimos, Jesús, tu intervención milagrosa. Toca en este momento a las personas que necesitan ser libres de esas ataduras hoy mismo. Además, dales, mi Señor, la libertad que desean.
A las familias que sufren con un ser querido esta tortura de aguantar abusos, golpes e insultos, Señor, dales hoy mucha valentía y sabiduría para dar los pasos de acuerdo con tu voluntad. Glorifícate, Señor.
Un Día a la Vez Copyright © by Claudia Pinzón
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