Leer: Génesis 12:1-9 | La Biblia en un año: 2 Samuel 9–11; Lucas 15:11-32
… el Señor había dicho a Abram: Vete […] a la tierra que te mostraré (v. 1).
Para nuestro aniversario de bodas, mi esposo alquiló una bicicleta
tándem para que disfrutáramos de una romántica aventura juntos. Al
empezar a pedalear, pronto me di cuenta de que, como yo iba atrás, los
amplios hombros de mi esposo eclipsaban mi visión del camino. Además, mi
manubrio era fijo y no afectaba la dirección de la bicicleta. El
manubrio frontal era el que determinaba nuestra dirección; el mío servía
solo para apoyarme. Tenía la opción de sentirme frustrada por mi falta
de control o disfrutar del paseo y confiar en que Mike nos guiaría a
salvo por el camino.
Cuando Dios le pidió a Abram que dejara su tierra y su familia, no le
dio demasiada información respecto al destino. Nada de coordenadas
geográficas. Ninguna descripción de la nueva tierra o de sus recursos
naturales. Ni siquiera una indicación del tiempo que llevaría llegar
allí. Dios simplemente le dijo que fuera a la tierra que le mostraría.
La obediencia de Abram a la instrucción divina, a pesar de la falta de
detalles que la mayoría de los humanos anhela, se le atribuye como fe
(Hebreos 11:8).
Si nos enfrentamos a la incertidumbre o la falta de control en
nuestra vida, imitemos el ejemplo de Abram de confiar en Dios y
seguirlo. Él nos guiará bien.
Señor, ayúdame a confiar en ti en los momentos inciertos de mi vida.
Podemos confiar en la guía de Dios.
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