No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. Isaías 41:10 (RV-60)
En muchas ocasiones, las personas pueden pensar que las bendiciones de las que hablábamos en el devocional anterior no son realidad en sus vidas. Piensan que la felicidad, el éxito y el reconocimiento son para otras personas, no para ellas.
Se pasan la vida pensando y creyendo que los milagros son cosas del pasado.
Y aunque a menudo nos hablen de que el Señor quiere bendecirlas, no le creen a Dios.
En tu caso, quizá no puedas creer que por tus errores del pasado, tus faltas y tu manera de haber vivido, Dios pueda acordarse de ti. Es más, si estás alejado, si lo que has vivido en los últimos tiempos sabes que no está bien delante de Dios, se te hace muy difícil creer que Dios te quiere perdonar.
Por favor, necesitas entender que todos somos importantes para Él. Que no importa tu falta, pues hoy mismo, sí quieres, te puedes reconciliar con tu Padre Dios.
Entonces, el que es lento para la ira y grande en misericordia extenderá sus brazos y te dará el perdón que buscas. Te dará una nueva oportunidad para ser feliz y llenarte de bendiciones.
Hoy, aparte de reconciliarte con tu Dios, busca una Biblia. Si no tienes una, cómprala. Luego, cuando llegues a ese momento tuyo con Dios, pídele que te muestre las promesas que dejó para ti y para mí. Dicen los que saben que son más de treinta y tres mil promesas.
Te dejo hoy con una. Así que guárdala y atesórala en tu corazón.
Un Día a la Vez Copyright © by Claudia Pinzón. Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.
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