Dichosos todos los que temen al Señor [...] En el seno de tu hogar, tu esposa será como vid llena de uvas [...] tus hijos serán como vástagos de olivo.
Salmo 128:1, 3
¡Dios mío y Padre mío! Gracias por ser nuestro Padre. Gracias porque tú nunca nos dejarás ni nos abandonarás.
Te agradecemos porque de una manera sencilla puedo ver algunas de las cosas que esperas de mí como padre, como madre o como hijo.
Te pido perdón si no he desarrollado como es debido mi posición de hijo y de padre.
Te suplico que me des una nueva oportunidad para buscar más de ti y así obtener la sabiduría de cuidar a los míos de manera que sea un buen ejemplo para ellos.
Hoy, como familia, te rogamos que nos des un manto de unión y de protección. Que de una manera milagrosa sanes los corazones de cada uno de los que en este día se acogen a tu misericordia.
Te necesitamos y ponemos delante de ti todo hogar representado por cada persona que hoy hace esta oración.
Gracias, mi Dios, por la bendición de tener una familia.
Amén y amén
Un Día a la Vez Copyright © by Claudia Pinzón.
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