Leer: Hebreos 11:23-28 | La Biblia en un año: Lucas 1:39-56
[Moisés tuvo] por mayores riquezas el vituperio
de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la
mirada en el galardón (Hebreos 11:26).
En un antiguo campo de concentración japonés en China, hay una
lápida dedicada a un hombre que murió allí en 1945, que dice: «Eric
Liddell nació en Tianjin en 1902, hijo de escoceses. Su carrera alcanzó
la cima al ganar la medalla de oro en la competición de 400 metros en
los Juegos Olímpicos de 1924. Posteriormente, regresó a China a trabajar
como maestro en Tianjin […]. Pasó toda su vida alentando a los jóvenes a
hacer todo lo posible para el mejoramiento de la humanidad».
Para muchos, el mayor logro de Eric fue en la esfera deportiva, pero
también se lo recuerda por su contribución a la juventud de Tianjin, en
China, país en donde nació y al que amaba. Vivió y sirvió por fe.
¿Por qué cosas se acordarán de nosotros? Nuestros logros académicos,
posición laboral o éxito financiero quizá nos concedan el reconocimiento
de los demás, pero lo que perdurará después de que hayamos partido es
el trabajo silencioso que hayamos hecho en la vida de otras personas.
Hebreos 11, el capítulo de la fe en la Biblia, recuerda a Moisés como
alguien que prefirió ponerse del lado de los israelitas en vez de
disfrutar de los tesoros de Egipto (v. 26). Guió y sirvió por fe al
pueblo de Dios.
Señor, muéstrame hoy cómo puedo marcar una diferencia en la vida de los demás.
El éxito verdadero es la fidelidad a Dios.
No comments:
Post a Comment