Te damos gracias, oh Dios, te damos gracias e invocamos tu nombre. Salmo 75:1, NVI
Hoy quiero que dediquemos estos cortos minutos a darle gracias a Dios por todo lo que nos ha dado. No todos los días debemos pedirle a Dios.
Es muy bonito poder levantar nuestra mirada y decir:
«Gracias, Dios, porque me regalaste un nuevo día. Tengo salud y sé que tú me cuidas aun cuando estoy dormido. Gracias, mi Dios, porque has llegado a mi vida, porque quizá a través de estas pequeñas enseñanzas de experiencias vividas estoy aprendiendo a conocerte más de cerca. Estoy reconociendo que en verdad estás vivo, que eres real. Que estás tan cerca de mí que te interesa mi vida para que me vaya bien. Conoces mis necesidades y me concedes las cosas que ni siquiera te había pedido. Gracias por las cosas que estoy viviendo y, aunque no las entiendo, veo tu mano interviniendo. Sé que pronto me sacarás adelante. Señor, la clave está en la obediencia. Sé que siendo obediente a ti voy a recibir todas las bendiciones».
Recuerden, esta fórmula no falla: Obediencia=Bendición.
Un Día a la Vez Copyright © by Claudia Pinzón. La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional® NVI® Copyright © 1986, 1999, 2015 by Biblica, Inc.® Used by permission. All rights reserved worldwide.
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