Leer: Filipenses 4:4-9 | La Biblia en un año: Mateo 24:1-28
… todo lo que es verdadero, […] honesto, […]
justo, […] puro, […] amable, […] de buen nombre; […] digno de alabanza,
en esto pensad (Filipenses 4:8).
El libro de una joven japonesa sobre orden y organización ha
vendido dos millones de ejemplares en el mundo entero. La esencia del
mensaje de Marie Kondo es ayudar a la gente a despojarse de cosas
innecesarias en sus casas y armarios; cosas que los sofocan. Dice:
«Levanta cada artículo y pregunta: “¿Me provoca gozo?”». Si la respuesta
es «sí», consérvalo. Si es «no», descártalo.
El apóstol Pablo exhortó a los creyentes de Filipo a procurar tener
gozo en su relación con Cristo: «Regocijaos en el Señor siempre. Otra
vez digo: ¡Regocijaos!» (Filipenses 4:4). En vez de vivir una vida
desordenada por la ansiedad, los instaba a orar por todo y dejar que la
paz de Dios guardara sus corazones y sus mentes en Cristo (vv. 6-7).
Al considerar nuestras tareas y responsabilidades, vemos que no todo
es motivo de gozo. Pero podemos preguntar: «¿Cómo provoca esto gozo en
el corazón de Dios y en el mío?». Un cambio en el porqué hacemos las
cosas puede transformar nuestra manera de verlas.
«Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, […] honesto, […]
justo, […] puro, […] amable, […] de buen nombre; […] digno de alabanza,
en esto pensad» (v. 8).
Las palabras de despedida de Pablo son alimento para la reflexión y una receta para el gozo.
Señor, ayúdame a gozarme en mi tareas de hoy.
Enfocarse en el Señor es el principio del gozo.
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