Mis queridos hermanos, como han obedecido siempre [...] lleven a cabo su salvación con temor y temblor. Filipenses 2:12
Algo que ha enternecido mi corazón hacia Dios es conocer que Él siempre me buscó.
Que desde el vientre de mi mami ya sabía mi nombre y conocía mi destino.
Ahora, después de varios años de conocerle, puedo recordar que varias veces tocó a mi puerta como todo un caballero y a través de diversas situaciones me envió alertas de que mi vida corría peligro si no enderezaba mis caminos.
Hoy en día lamento no haberle abierto mi corazón desde antes. Con todo, lo que más me preocupa es que, conociendo su amor y su sacrificio, en varias oportunidades le he fallado y he caído una y otra vez.
Día tras día tomo conciencia de que la salvación no es un juego y que debo buscar siempre su rostro y vivir en integridad. Por eso Dios, que es amor, nos brinda la oportunidad de reorganizar nuestra vida y está dispuesto a levantarnos, fortalecernos y a darnos una vida diferente.
Pero todo dependerá de cada uno de nosotros.
Mi invitación para ti es a que tomes la decisión de abrir la puerta de tu corazón y aceptes el regalo de la salvación que te ofrece Dios.
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