Friday, December 30, 2016

Devociones de Adviento - Nuestros ojos vieron su salvación

Sábado 31 de Diciembre

Lucas 2:25-32

Señor, ahora despides a este siervo tuyo, y lo despides en paz, de acuerdo a tu palabra. Mis ojos han visto tu salvación, que has preparado a la vista de todos los pueblos. (Lc 2:29-31, RVC)

Un anciano venerable camina hacia el templo. Muchas otras veces ha hecho ese trayecto: disfruta de estar en la presencia del Señor en ese lugar. Muchos en Jerusalén lo saben. Saben que es un hombre venerable, justo y piadoso, como un lazarillo celestial; el Espíritu Santo es quien lo guía en su caminar. Mientras camina, piensa en la promesa de los profetas y teme que le llegue la muerte sin verla concretada. ¿Cuándo enviaría Dios a su Ungido?

Pero esta vez el Señor le tiene reservada una sorpresa. El Señor mismo estará cara a cara con Simeón, en persona. El Señor del templo-¡el Señor del mundo! -lo mirará a través de sus ojos de bebé, para aprobar su fidelidad. El Mesías está ahí, visible, palpable: el niño Dios traído en brazos por sus padres, para celebrar el rito de la ley. Y Simeón tomará a ese niño en sus brazos y pronunciará una alabanza que sigue sonando a través de los siglos.

¿Qué nos queda para ver cuando ya hemos visto el amor de Dios en persona? ¿Qué nos queda para ver luego de haber sabido de su encarnación manifestada en un pesebre? ¿Qué nos queda para ver luego de haber visto su cuerpo colgado de una cruz, sufriendo y muriendo por nuestros pecados? ¿Qué nos queda para ver, oír y degustar, luego de haber recibido su bautismo, su palabra de perdón y el sacramento de su cuerpo y su sangre? Vayamos a su templo. Recibamos sus dones. Unamos nuestro canto a Simeón.

Dios de amor: no permitas que muera sin ver tu salvación. Me arrepiento de los pecados de este año que termina, confiando en tu perdón. Guíame a tu casa. Amén.

© Copyright 2016 Cristo Para Todas Las Naciones

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