¡Despierten, arpa y lira! ¡Haré despertar al nuevo día! [...] No [...] pongan
su esperanza en las riquezas [...] sino en Dios, que nos provee de todo en
abundancia para que lo disfrutemos. 1 Timoteo 6:17
Creo que nunca sobrarán este tipo de libros llamados de inspiración o
motivación, ya que necesitamos escuchar a cada momento cosas como estas. Todo se
debe a que nada nos resulta suficiente para ser felices. Por cualquier asunto,
por pequeño que sea, dejamos que se dañe nuestro día y nos preocupamos.
Dios hizo la vida para disfrutarla. La hizo para el deleite tuyo y mío. Los
planes originales del Creador eran que viviéramos en el paraíso. Y no fue así
por nuestra recordada Eva.
La mujer se dejó convencer por la serpiente y terminó haciendo lo que le
prohibió Dios. Luego está Adán que, en vez de pararse firme y decir no, también
cayó en la tentación y le falló a su Creador. A partir de allí comenzó el
pecado.
Sin embargo, Dios en su amor nos ha permitido conocerle. Ha perdonado
nuestros pecados y nos da el mejor regalo de todos: La vida eterna en su
presencia.
Seamos conscientes de esto y no permitamos que las pequeñas cosas acaben con
nuestra alegría.
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