Vístanse de amor, que es el vínculo perfecto. Que gobierne en sus corazones
la paz de Cristo, a la cual fueron llamados en un solo cuerpo. Y sean
agradecidos. Colosenses 3:14-15
¿Cómo no vamos a tener un corazón agradecido por nuestras bendiciones cuando
vemos gente tan linda viviendo en circunstancias tan pobres?
Sabemos que en nuestra ciudad de Miami también hay necesidades, pero nunca se
comparan a lo que necesitan recibir en esta provincia del Perú o en otros
lugares de América Latina.
En los días de estadía en el Callao vi una gran necesidad. Sus casas están
desbaratadas por completo. A muchas hasta les falta parte del techo y están
expuestas al frío y a la lluvia. La suciedad es tanta que a uno le cuesta
trabajo creer que allí vivan seres humanos. Podemos visitarlos si quisiéramos
más de una vez e igual se tomará su tiempo para ver cambios. Solo Dios puede
hacer un milagro, como se lo hemos pedido.
Aprendamos a ser agradecidos. Disfrutemos lo que tenemos, ya sea poco o
mucho. Reconozcamos que Dios es el que nos cuida y propongámonos a valorar
nuestra vida con sus altibajos, pero confiados de que no estamos solos.
Hoy, tú puedes pedirle perdón a Jesús porque quizá seas una persona que ha
renegado del tipo de vida que te ha tocado vivir. No se trata de que no puedas
ser próspero. ¡Claro que puedes serlo! Sin embargo, nunca debes olvidar de dónde
nos sacó Dios.
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