¿Qué declaras sobre los tuyos?
Cada uno cosecha lo que siembra [...] Por lo tanto, siempre que tengamos la oportunidad, hagamos bien a todos.
~ Gálatas 6:7, 10, NVI
Si leíste el devocional anterior, sabes que hablamos de la importancia de declarar cosas positivas sobre nuestra vida y tomar como nuestras las promesas que Dios nos dejó en el Manual de Instrucciones.
No obstante, así como es importante para nosotros, también es importante hacerlo para los nuestros. ¿Qué cosas dices de tu cónyuge, tus hijos y tu familia?
Un gravísimo error es lo que declaramos sobre la vida de nuestros hijos. Con nuestras palabras necias atamos a los hijos con cosas terribles como estas: «Eres un tonto. No sabes hacer nada. Eres un inútil y un bruto». No tienes idea del daño y el efecto que esas palabras traerán sobre su vida. Llega a un punto que hasta se lo creen. Y lo estarás atando con esas declaraciones de por vida.
¿Cómo eres con tu esposa? ¿La humillas, la insultas o la maltratas de palabras? Hoy Dios te dice que el que toca a uno de sus hijos toca a la niña de sus ojos (véase Zacarías 2:8). Cuando se daña a un hijo de Dios, es como si se lo hicieran a Él. ¿Te imaginas?
También, mujeres, ¿qué estamos declarando sobre los esposos? ¿Los humillamos, los insultamos, los maldecimos? Recordemos que nuestros esposos son la cabeza de la casa.
Por favor, pensemos antes de hablar y reconozcamos que todo lo que sembramos eso mismo cosecharemos.
Un Día a la Vez Copyright © by Claudia Pinzón
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